RESTAURACION

TEORÍA: PARTE PRIMERA

Por Luis Azurmendi. AZG arquitectos.

HISTORIA CRÍTICA Y ACTUALIDAD

Acompañando a estos proyectos vamos a ir relatando la evolución histórica del concepto arquitectónico de "la restauración". El objetivo es reivindicar un lugar en la historia de la arquitectura a la restauración, no ya de la categoría monumental de ciertas edificaciones, si no de la arquitectura doméstica y productiva que, desarrollada en periodos preindustriales, forma hoy un conjunto a veces poco valorado y ajeno a las grandes acontecimientos de las restauraciones. Es cierto que el estudio de la "arquitectura popular" lleva ya un amplio recorrido documental, pero parece preciso elaborar herramientas adecuadas a su restauración e integración en el territorio actual. Además es conveniente también redifinir su concepto con el fin de integrarlo en lo que hoy denominamos patrimonio cultural.


TEORÍAS DE RESTAURACIÓN
Trabajo elaborado a partir de la conferencia que con el mismo título se impartió en el Congreso de Molinología en la Universidad de Salamanca. Zamora 2010.

El desarrollo de las ciudades y los avances técnicos a partir del siglo XVIII amenazaba con la desaparición del patrimonio monumental antiguo, lo que provocó la necesidad de su protección. A partir de entonces surgieron iniciativas, teorías y practicas de restauración del patrimonio edificado. Vamos a realizar un breve relato de algunas de ellas hasta nuestros días.

Son acontecimientos sociales de gran magnitud, como la Revolución Francesa, los que crean una nueva inquietud por el mundo clásico que hace brotar el interés por “conservar y restaurar” los grandes edificios clásicos ante la amenaza de su destrucción. Se dictaron disposiciones tendentes a su conservación y restauración (1794) que luego, ya en el siguiente siglo, propiciarían diferentes tendencias en los criterios de cómo restaurar los monumentos.

Restauración estilística

Esta teoría consideraba “la copia” de elementos similares como el concepto fundamental para completar el “original”. Su aplicación abarcaría la primera mitad del siglo XIX y tendría en Viollet-le-Duc (1814-1879), en Francia, su protagonista principal que, “articulando el nacionalismo, el cristianismo y la conciencia histórica de su tiempo” , determinó las reglas generales del “estilo” y los criterios “analógicos” que, en muchas ocasiones, provocaron la alteración de la autenticidad de numerosos monumentos franceses. (imagen 9 y 10). Su método consistía en eliminar lo “no original” y completar las parte perdidas del monumento con estilos similares al original.

Romanticismo inglés.

Otro movimiento en torno a las ideas de la restauración proviene de Inglaterra a través de Jhon Ruskin (autor de “las siete lamparas”1849 y “piedras de Venecia”1851-1853) y William Morris (fundador de la asociación S.P.B. 1877) que negaban cualquier intervención restauradora y alababan el “concepto romántico de la ruina” e incluso Ruskin elogió “la muerte de la arquitectura antigua”.

El Restauro italiano

Patrocinado por Luca Beltrami que reconstruyó el castillo de los Sforza 1893. El repentino derrumbamiento del Campanile de Venecia abrió una gran polémica sobre cómo reconstruirlo y donde. Finalmente la obra se le adjudicó a Luca Beltrami bajo el lema “como era e dove era”, la reconstruyó (1903-1912) con estructura nueva, en el mismo lugar y aprovechando al máximo los propios materiales, imágenes y documentos históricos. 

Imágenes del Campanile

Camilo Boito replanteará la necesidad de la reutilización de los monumentos con nuevos usos. No da prioridad a la restauración: los edificios deben ser “antes consolidados que restaurados”. Los edificios son “documentos a conservar”. Se oponía a la repristinación y defendía conservar los añadidos. Se establecieron ocho principios de actuación en el III Congreso de Arquitectos e Ingenieros Civiles de Roma 1883.

Gustavo Giovannoni, (restauro científico) continuador de Boito, fué parte importante en la redacción de la Carta de Atenas (1931). Será, además, promotor de la “Carta del Restauro Italiana de 1931”.
Según ésta, la restauración deberá contemplar el edificio y sus vicisitudes históricas y su contexto, (trama urbana y edilicia). Por primera vez insta a la defensa de los centros históricos y la valoración de las “arquitecturas menores frente a su destrucción por la construcción de los ensanches de las ciudades. En 1913 publica Nueva Antología artículo que defiende ya los valores internos y externos de los edificios.

En España, y dentro de esta corriente, podríamos incluir a Torres Balbás y Jerónimo Martorell autor , este último, de la consolidación de las murallas de Tarragona y del castillo de La Geltrú.

CONTINUARÁ

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